Cuatro principios para ser un conquistador.

1-Debo empezar por el final.
José vio el final al comienzo de su vida. Cuando tenía quince o dieciséis años soñó que iba a gobernar. Dios empieza por el final.
Hasta no ver el final nunca comenzará tu principio.
El principio no empieza en enero sino cuando vemos diciembre, si vimos diciembre comenzará enero. Mucha gente no vio su final por eso nunca comienza nada. Cuando José vio el final Dios le dijo: “OK, comenzaremos a trabajar.”Cuando Dios nos muestra el sueño (en cualquier área de la vida) y lo vemos cumplido, recién ahí comienza a correr el reloj de Dios. Planificá tu final y cuando esté en el corazón comenzarás a caminar hacia tu destino.
No comiences sin la revelación final.
Al recibir a Jesús en nuestro corazón, perdonó nuestros pecados y Dios nos mostró el final: un día viviremos con Él, le serviremos y adoraremos, Él reinará sobre todo pueblo y nación y nosotros gobernaremos con él.
Jesús ya sabía su final, no murió en la cruz cuando dijo: “Consumado es”.
El final es tu destino.
Mucha gente planifica el principio sin conocer su final.Debes ver bien claro y detallado el final de tus negocios, tus sueños económicos, vocacionales, espirituales, los viajes que realizarás.José supo que iba a gobernar cuando soñó con unas gavillas y vio la suya erguida y las demás que se inclinaban hacia ella. Cuando reveló el sueño a sus hermanos, lo odiaron aún más y lo tiraron a un pozo, pero José no se deprimió porque el pozo no era su final.
Tu destino no es el camino.
-“Pastor, tengo un gran sueño pero no tengo un peso.” ¿No tenés dinero? Eso es Camino.“Estoy enfermo.” Eso es Camino.“Todos me rechazan.” Eso es Camino.“Gané una fortuna.” Eso es Destino.“Llegué a la cima.” Eso es Destino.“Mi familia se entregó completa.” Eso es Destino.
No confundas camino con destino.No llores por el camino porque te lleva al destino.
Camino no es el final.
Todo lo que ocurre en el camino es circunstancial y promueve al destino.José se cayó en el pozo y no lloró, fue sirviente y, mientras limpiaba, decía: “éste no es mi destino”. Lo llevaron a la cárcel y declaró: “La cárcel es el camino no mi destino.” La esposa de Potifar lo tentó, fue camino, y José salió corriendo desnudo.
Si alguien te odia es porque tu destino está claro.
No subestimes al que es odiado porque sabe adonde va. Odio no detiene porque es una circunstancia en el camino.El camino no destruye a los cristianos porque Dios ordena nuestros pasos en el camino que andamos, y “Somos como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.”
Empezar por el final: destino es lo primero.
En dos minutos nos damos cuenta, cuando hablamos con una persona, si tiene claro su destino. Cuando le preguntamos:-¿Qué es lo que querés lograr? -“Bueno… –responde-, yo quiero que en mi casa haya amor, más amor, mucho amor.” -“Y, ¿cómo medís eso?”
Si no hay manera de medirlo, la persona no tiene claro su destino.
-“Quiero tener una empresa con ciento veinte empleados y exportar a todo el mundo.” Ese destino sí está claro, y aunque lleguen burlas y odios todo lo que ocurra será parte del camino. Dios ya nos ha predestinado desde antes de la fundación del mundo, eligió los sueños y los puso adelante: “Este es tu destino”.
Mucha gente vio el avivamiento como nosotros, empezamos por el final, y a veces nos faltan palabras para conducir a otros y que lo vean también.
Dios hablará a través de los sueños (como a José) o con palabras, como le habló a Moisés: “Quiero que liberes a mi pueblo de Egipto”, o a Gedeón.Dios siempre comienza por el final.
2- Debo tener nobleza de corazón.
Ser noble, es ser una buena persona.La gavilla de José quedaba erguida, pero Dios primero lo quebró metiéndolo en el pozo, siendo sirviente y estando en la cárcel.José se inclinó y dijo: “Dependo de vos, Señor”, y recién después, fue erguido.La gente noble es la que supo estar inclinada o erguida, es la que conoce al Señor. Todos hemos visto a personas que se “la creyeron”, que fueron pobres y cuando alcanzaron “algo” se agrandaron, alardeando por tener un coche, mostrando una superioridad ficticia. O aquellos que son nombrados “líderes” y comienzan a maltratar a otros exigiendo lo que ni ellos mismos hacen; quieren estar en autoridad y ellos jamás se inclinaron, y se enorgullecen de sus conexiones, de “conocer gente importante”, porque siempre quisieron estar en autoridad. Dios humillará a los que quieran estar erguidos, porque al soberbio Dios lo humilla y al humilde lo exalta.
Destino claro + nobleza = reconocimiento.
Los hermanos de José tuvieron envidia al oír el sueño.
En la tierra hay dos tipos de personas: los que sueñan y los que envidian.-Los que envidian nunca logran nada porque mataron a los que sueñan, y -Los que sueñan son los que pueden guiar en el camino a los que aún no salieron.
Nunca envidies a un rico (“Mmm…Vaya a saber de dónde sacó el dinero), porque matas la posibilidad de que te enseñe el camino para llegar a tu destino.Si te inspiras -sin idealizar- en el que llegó a su destino, esa persona te indicará cómo alcanzar lo que querés. Nunca tengas envidia ni de los malos, dice la Biblia.
Antes de erguir a José, Dios le enseñó a estar inclinado. Si nos ponemos rígidos, juzgamos y condenamos a los demás, algo ocurrirá para aprender misericordia y humillación.
3- Debo tener palabras de fe. Con una palabra de fe somos indestructibles. Los cristianos vemos lo que oímos de parte de Dios. Jesús hablaba por parábolas, o sea historias en las que estaban escondidas las palabras de revelación. Los fariseos, los legalistas, escuchaban las historias pero no las creían y Jesús dijo: “Si hablo por parábolas es para que los niños la entiendan y no “esos grandotes”.
Dios esconde las palabras de fe en lo sencillo.
Escondió todas sus palabras en un carpintero que era la Palabra de Dios y ahora, ese carpintero, está escondido en tu interior. Si hay gente que te desprecia, no te valora es porque no saben qué tenés dentro, que la vida, el poder, el tesoro están escondidos en un vaso de barro: vos. Te han subestimado como subestimaron al carpintero, pero las palabras (tarde o temprano) saldrán de tu vida y te llevarán a tu destino.
Dios es el Padre de Jesús y Jesús es Dios. La palabra “papá” quiere decir fuente. Dios “dijo”, la Palabra. La Palabra salió de Dios, la palabra es Dios. Dios es Padre, la fuente de la Palabra que salió de Él; por eso la Biblia dice que “Dios es el padre de la Creación y el mundo salió de Él”. Dios es el Padre (la fuente) y lo que estaba en El salió de El, “Dios dijo”.Cuando dice: “Y la Palabra salió de mí”, se refiere a Jesús. En todo el Antiguo Testamento dice: “vino la Palabra de Jehová sobre… “Ese era Jesús. Cuando en Génesis dice: “Dios dijo: Sea la luz”, ese “dijo”, es Jesús, porque Jesús salió de Dios, Jesús es Dios, es la Palabra. El Espíritu Santo es el espíritu de Dios, que es Dios. Dios Padre dijo la Palabra: “Sea la luz”, y el espíritu hizo la luz. El Espíritu Santo obedece la palabra que sale del Padre y le ordena moverse.Cuando decimos: “Señor, mirá mi pobreza”, “No soy nada.”Dios nos dice: “Yo no dije eso”.La Palabra dice: “Yo no dije eso”. Y el Espíritu Santo se queda quieto.
En cambio, cuando decimos: “Estoy pobre pero prosperaré, porque vos dijiste Señor que me darías más abundantemente de lo que espero.”Entonces el Padre dice: “Yo dije eso.”La Palabra (Jesús) dice: “Yo dije eso.”Y el Espíritu Santo ayuda y prosperamos.
El Espíritu Santo nos enseña a orar y hablar el lenguaje de Dios. Muchas veces nos golpea, reta, exhorta, pero otras tantas nos habla al oído para comprender su revelación.
Cuando Jesús entró en nuestro corazón, alguien sembró una palabra en cada uno. Por eso evangelizar es tan poderoso, porque hablamos, llevamos a Jesús y consigo al Padre y al Espíritu Santo que nos acompañarán a todo lugar donde vayamos (si estoy en el pozo somos cuatro).Sembramos la Palabra y la persona no entiende que los tres, son uno; tres pero uno; un Dios en tres pero uno y que siempre irán con ella.
4- Mis palabras marcarán la altura adonde llegaré.
Nuestras palabras deben ser de fe, para que el Padre y el Hijo digan: “Yo lo dije” y el Espíritu Santo diga: “Si lo dijeron entonces, será hecho.”Hablá las promesas de Dios: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece; Nada me separará del amor de Dios.¡Cuidado con lo que hablás! No hables palabras vanas y huecas. Vanidad significa sin propósito, sin destino.
Los hermanos de José no soñaron su final, de lo contrario Dios se lo hubiese dado, pero hablaron envidia y odio.
En el Antiguo Testamento se conoce al enemigo como Satanás, y en el Nuevo Testamento como dia-bolos: “el que habla”. Jesús trajo esa revelación de Satanás. “El que habla”, “el adversario”, el que sembrará una palabra mentirosa para robar una palabra de fe. Jesús dijo que debíamos entender la parábola de la semilla, del trigo y la cizaña, significando que todos tenemos la cizaña adentro. La cizaña no es la gente sino son las palabras que están mezcladas con el trigo, con las palabras de fe en nuestra mente. Escuchamos una palabra de fe pero alguien sembró una cizaña: “¿Que lo vas a hacer vos?”, una palabra en contra. Debemos saber que la cizaña, todas las maldiciones, tienen que ser arrancadas de nuestra vida: “No lo vas a lograr”, “No podés”, “Vivís lejos”, “Hace frío”.
Saúl buscaba tres burros que se le habían perdido, y se encontró con Samuel quien lo invitó a comer en un lugar especial. Esto deja una enseñanza:
1º- “Sos importante.”
Lo primero que Dios te dirá cuando te encuentre es que hay un lugar especial reservado para vos porque no sos basura, y lo preparó para que te sientes con El.Una vez ofrecieron a Billy Graham ser presidente de los Estados Unidos y respondió: “No voy a rebajar mi condición.” Él sabe dónde está sentado.Hay un lugar especial en la cabecera de la mesa del rey esperándote porque sos importante.
2º- “Sos digno de abundancia.”
Le llevaron a Saúl un trozo de carne, no entendía nada, pero comió hasta saciarse.Dios te dará más abundantemente hasta saciarte en todo: la salud, la economía. No subestimes el poder de Dios, pedí en grande y te dará en abundancia.La bendición de Jehová es la que enriquece y no añade tristeza con ella. Si Dios te prosperó no preguntes cómo multiplicar tu riqueza; si te dijeron “no”, Dios te dice “si”.
3º- “Sos amado.”
“Samuel lo besó.” Besá al Señor y recibí su amor. Dios te ama y el Espíritu Santo te lo revelará; estás hecho a la imagen de Dios, sos importante, y si alguien te aplaude recibí el reconocimiento sin olvidar que sos amado.
4º- “Sos ungido con aceite.”
Saúl no sabía que lo ungirían, se encontró comiendo hasta saciarse y de pronto, el profeta lo ungió, lo besó y le dijo: “Goberná mi pueblo, porque mi sueño ha sido tu sueño y has latido con mi corazón, todo anhelo de tu corazón te lo daré.
Goberná el pueblo de Dios, Dios te ha dado su sueño y para eso te ha ungido. Abrazá su corazón, estuviste buscando burros pero Dios te sorprendió y te llamó para cosas grandes, te ungió para que abraces Su corazón.
Saúl estaba buscando burros y Dios lo hizo príncipe.
“Soñaste muchas cosas que no eran las mías, pero un día aparecí en tu camino y puse mi corazón en el tuyo, te daré de a miles y los gobernarás con la unción que hoy te doy.”Recibí la unción en tus manos, sos importante para Dios, acordate que sos un príncipe amado y bendecido.”
Y el profeta lo ungió y le mostró su final, le dijo: “Cuando salgas, encontrarás dos personas que encontraron tus burros, y otros tres te darán pan (el pan de la palabra, de la revelación) y luego, te encontrarás con un grupo de profetas que profetizarán, harás un sacrificio y todo lo que te propongas lo lograrás.”
 

©2009 . | by TNB