El cristiano es un agradecido de Dios:

Nosotros que vivimos una cultura marcada por el individualismo, olvidamos con facilidad lo que Dios nos da cada día, los milagros que constantemente realiza en nosotros. Nosotros estamos invitados a vivir agradecidos, a reconocer lo que Dios nos da. La ingratitud no es una actitud cristiana. Ese leproso del Evangelio que regresa, demuestra que ha entendido bien el mensaje de Jesús: el milagro físico debe hacer producir un corazón lleno de agradecimiento. Debemos decir todos los días “gracias Señor”, por todas las cosas que nos da. Reconocer que Jesús es nuestro Señor es la actitud más sensata, como lo reconoce Pablo. Pregunta: ¿Qué cosas agradecemos a Dios nosotros?, ¿Nos sentimos privilegiados por Dios y volvemos a dar gracias habitualmente?
El cristiano está llamado a integrar, más que a desintegrar, a unir más que a desunir, a juntar más que a dividir. La intolerancia tampoco es querido por Dios en nuestra vida. Nosotros debemos luchar, a todos los niveles, para lograr vivir como verdaderos hermanos y discípulos del Señor
La obediencia de la fe: Hoy, cuando buscamos cosas en las que creer en este mundo inmediatista, la fe nuevamente nos llama a confiar y creer.Demos gracias entonces al Señor, pidámosle poder obedecer sus palabras y vivir agradeciendo su vida, su ejemplo de integración de todos los que se le acercaban. Amén.(Sacado de la web)

DIOS "Gracias por darme la habilidad de compartir este mensaje y por darme tantas personas maravillosas para compartirlo."
 

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