En Galatas 3,2-5 leemos cómo se asombró Pablo por la inesperada marcha atrás de la iglesia que no sólo conoció la verdad, sino que había recibido al Espíritu Santo y había visto milagros.
Ahora habían abandonando al Señor, perdiendo su gozo y creyendo un evangelio diferente.
Se volvían al esfuerzo humano y religión, relacionándose con personas extrañas.
Pablo señaló la raíz del tema, Galatas 4,8-11, 5,7-12, preguntando:
¿Quíen Os Fascinó?
La palabra fascinar, Gal 3.1, significa calumniar, traer mal o estar perdido a razón del mal de ojo, un encanto, brujería, o guiar a alguien en falsa doctrina.
A veces hay problemas en nuestras vidas, familias e iglesias que resisten cualquier respuesta natural o espiritual, y no sabemos el porque.
Si pasa esto en tu vida siempre recuerda que Dios ha dicho que quiere bendecirte con el gozo de disfrutar exaltación, salud, victoria, prosperidad y su favor. Deuteronomio 28,1-14.
Las señales seguras de una fascinación o maldición son frustraciones continuas por no llegar a las bendiciones que Dios ha prometido; confusiones; chocando contra una barrera invisible que impide progreso; sufriendo personalmente o en la familia un mal repetido. Deut. 28,14-68 da unos síntomas.
Historia de suicidios o muertes inesperadas, Josué 6.26, 1 Reyes 16,34
Humillación. Fracaso en matrimonio, familia, mente o emociones.
Una enfermedad repetida o hereditaria.
Vivir bajo opresión regular.
Éstos son ejemplos comunes que están posiblemente, pero no siempre, causados por una fascinación aunque no se sugiere que la víctima ha sido forzosamente o con intención desobediente a Dios.
Una maldición inmerecida no permanece, pero si un cristiano peca intencionalmente, una maldición puede entrar. Prov. 26,2.
Podemos Maldecirnos Por:
Hablar carnalmente,Adorando a dioses falsos, Deut. 27.15;
Haciendo injusticia, Deut. 27.17-18;
Abusando de los padres, Deut. 27.16;
Descuido en la obra de Dios, Jer. 48.10;
Confiando en los hombres, Jer. 17.5;
Ignorando al pobre, Prov. 28.27;
Robando a Dios, Mal. 3,9, y en muchas otras maneras.
Las maldiciones no llegan
por una autoridad excesiva; abuso físico o emocional, oraciones a un dios falso, o por lo que nos llega de los antepasados.
La libertad de maldiciones viene sólo por Jesús quien las toma y las cambia por la bendición de Dios. Gálatas 3,13-16.
Fue crucificado por nuestras transgresiones.
Aplastado por nuestras iniquidades.
Castigado para que tengamos paz.
Herido para que seamos sanados,
Isaías 53, 1 Pedro 2.24.
Se hizo pecado para que seamos rectos.
Sufrió la muerte para darnos vida eterna.
Se hizo pobre para que seamos ricos.
Fue rechazado para que seamos aceptados,
2 Corintios 5.2, Hebreos 2.9, Romanos 6,23; 2 Corintios 8.9; Efesios 1,5-6.
En lugar de trabajo frustrante, en Jesús el trabajo no es en vano. 1 Cor. 15,58
En lugar de andar sin sentido, en Jesús viajamos con propósito. Mateo. 28,19
Tenemos la llamada de ser un sirviente. Fil 2, 6.
En lugar de estar esparcidos podemos unirnos globalmente en poder, Gen.11,6
En lugar de una confusión global ya tenemos la bendición de Abraham para llevar a las naciones.
Se bendijo Abraham en todo. En la misma manera Dios nos ha bendecido con su Espíritu Santo para que cumplamos sus mismos propósitos en las naciones. Gen. 24.1. Hechos 1,8
Una maldición es la obra de los espíritus malos que responden a las palabras y oraciones malévolas de hombres, pero lee 1 Juan 4,4 y 3.8.
Sin embargo una oración en el nombre y en la autoridad de Jesús romperá todo poder malo.
Reconoce que tu problema es espiritual.
Arrepiéntete del pecado que dejó que entrara el problema.
Por la ayuda de Dios vuelve la espalda a ellos; y escoge seguir a Jesús como Salvador y Señor.
Recibe perdón en el nombre de Jesús y en el mismo nombre perdona a todo el mundo que te haya abusado o herido.
Renuncia a Satanás y todo sus obras.
Recuerda a Satanás de la sangre de Jesús, y la victoria de Jesús en la Cruz.
Reprende fuerte toda obra del maligno, que manden que se vaya todo espíritu malo, y que quede rota toda maldición.
Llena tu vida con el Espíritu Santo de Dios y ponte a alabar a Jesús, viviendo en el Espíritu y en la palabra de Dios.
Bievenidos
Hace 15 años
