“Porque tengo por cierto que lo que este tiempo se padece, no es de comparar con la alegría venidera que en nosotros ha de ser manifestada” Rom 8:18.
Cuantas veces no he entendido que las cosas que parecen muy duras no se podrán comparar con las bellezas venidera que ha de ser manifestada en nosotros y através de nosotros. Hoy, debo aprender estas lecciones aún de pequeñas cosas en la naturaleza que Dios ha dejado para mostrarnos la hermosura de esta verdad.
Es una maravilla ver la mariposa cuando siendo gusano sale de su capullo, éste permanece tan completo como cuando contenía el insecto, y no se nota que se rompan las fibras entretejidas cuando sale el gusano. La gran desproporción que existe entre la anchura de la salida y la grosura del insecto aprisionado, le hace a uno creer que la salida es imposible, la cual el gusano siempre la realiza con gran trabajo y dificultad. Se supone que la presión a que el insecto se halla sometido a pasar por una abertura tan estrecha, es una provisión de la naturaleza para forzar los jugos en las vasijas de las alas, las cuales en el período de salida de la crisálida están menos desarrollados que en otros insectos.
Cuando he observado con lástima a aquellos que luchan con el dolor, el sufrimiento y la calamidad, viene a mi memoria el cuadro de la mariposa. La visión del amor perfecto que busca la perfección de un objeto, no se acorta débilmente por el sufrimiento presente y pasajero. El amor de nuestro Padre es demasiado verdadero para debilitarse. Porque el ama a sus hijos les permite a veces pasar por el capullo estrecho de las dificultades para que así participen de su santidad.
Mirando este glorioso porvenir, el nos permite pasar por el camino estrecho, haciéndonos perfectos por medio del sufrimiento como lo fue Jesús. Somos como hijos de Dios entrenados para la obediencia y llevados a la gloria por medio de situaciones estrechas. Hoy me preparo para la gloria venidera, aceptando los momentos difíciles que debo atravesar para entender las cosas que dentro de mí, aún no entiendo.
Señor:
Como la mariposa atraviesa la abertura estrecha del capullo cuando aun es gusano, hoy quiero estar dispuesto a atravesar esa abertura que estimulara la savia interna de mis alas, para luego contemplar la gloria venidera. Si yo entiendo que eres soberano…entonces comprenderé que aún cuando las dificultades y sufrimientos de hoy me llevarán a mirar lo que antes no miraba y a esperar lo que antes no esperaba.
Mi vida es tuya y si te pertenece, entonces ella no está en un vacío, sino que forma parte de todo tu plan y propósito . Hoy, tengo por cierto que lo que en este tiempo pueda padecer, no es compararse con la gloria venidera que en mi ha de ser manifestada, por tu amor, propósito y bondad. Gracias Señor Amén.
Bievenidos
Hace 15 años