Se cuenta que un hombre, al pasear por la ciudad, vio a dos albañiles trabajando cerca de una plaza.
Se acercó y preguntó a uno de ellos: "¿Qué estás haciendo?" -
"Estoy poniendo ladrillos", respondió. - Preguntó al otro albañil: "¿Qué estás haciendo?" - "Estoy edificando una gran edificio."
Dos personas pueden hacer la misma cosa, pero con una perspectiva muy distinta.
¿Eres maestro de Escuela Dominical o profesor de niños?
¿Eres padre o madre y tienes que educar a tus hijos?
Entonces, ¿cuál sería tu respuesta a la pregunta: Qué estás haciendo? - Algunos dirían:
"Estoy solamente cuidando a unos niños." Pero Dios tiene una perspectiva muy distinta.Cuando Dios mira desde el cielo, El ve no solamente a "unos niños". El ve en cada niño un plan maravilloso para una vida entera, un plan diseñado por El mismo.
Además, El ve a todas las personas con quienes este niño se va a relacionar durante su vida, y para quienes este niño puede ser una bendición.
El ve un "edificio" grande donde nosotros vemos solamente "unos ladrillos".
Cuando enseñas a los niños los caminos del Señor, puedes traer bendición a una generación entera:"... habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra.
Porque yo sé que él mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino del Señor, haciendo justicia y juicio..." (Génesis 18:18-19)
¡Cuán importante es que estos niños sean cristianos!"Debemos ser capaces de ver el "gran edificio" que Dios va a edificar de los niños.
¿Puedes verlo tú también?
El mismo Señor Jesús nos enseña cuan importantes son los niños para Dios:
"Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe." (Mateo 18:5)
"Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar." (Mateo 18:6)
"Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos." (Mateo 18:10)
En la Biblia encontramos también muchos ejemplos de niños que recibían grandes promesas de Dios a una edad muy temprana:
Isaac y Jacob recibieron promesas de Dios antes de nacer.
Dios guardó la vida del bebé Moisés de una manera maravillosa, para que pudiera cumplir su llamado de liberar el pueblo de Israel.
Samuel empezó a escuchar la voz de Dios y a profetizar mientras era niño.
David fue ungido como rey cuando era adolescente.
Los reyes Joás y Josías empezaron a gobernar sobre Judá a la edad de seis y ocho años, respectivamente.
Jeremías fue llamado como profeta a una edad muy joven, y Dios le dijo que le había escogido antes de nacer.
Juan el Bautista estaba todavía en el vientre de su madre cuando reconoció a Jesús como Salvador. Poco después de nacer, recibió esta promesa: "Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado, porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos." (Lucas 1:76)
En el día de Pentecostés, Pedro dijo que empezó a cumplirse lo dicho por el profeta Joel:"Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán ..." (Hechos 2:17)
Como maestros y como padres somos colaboradores de Dios. Ayudamos a edificar este "edificio" maravilloso que El tiene planeado para la vida de cada uno de los niños que están a nuestro cuidado.
Bievenidos
Hace 15 años