No tengo temor en tanto que Él vive y es Jesús

“Confiaré, y no temeré …”
Isaias 12:2M
HIMNO
El Señor mismo delante ha pasado,
Ha marcado la senda que pisa mi pie;
Tan segura es como el amor que adoro,
Nada tengo que temer, en Él confíaré.
No debes dar demasiada importancia a tu gozo ni a tu angustia. No puedes añadir nada mediante gozo o dolor a la perfecta obra de Cristo.
Abraham encontró en el monte un lugar donde podía interceder ante Dios, mientras Lot estaba diciendo: yo no podré escapar al monte, no sea caso que me alcance el mal y muera.
La incredulidad contempla siempre el lugar de la fe como lo más terrible posible todo tinieblas.
Él no se avergüenza de llamarnos hermanos; ¿y te avergonzaras de confesarlo como Señor y Maestro frente a todo el mundo?

No sé de ninguna palabra que dé más serenidad al alma que por nada os inquietéis.
¡Cuán a menudo hemos descubierto que es así: por nada.
¡Qué poco ganamos con la incredulidad!
Lo que hacemos es dar ocasión al poder y a los ataques del enemigo.
Nunca podrá la incredulidad por buenas que sean sus intenciones al unirse a la obra de la fe hacer otra cosa que estropearla.
¡Hasta qué punto puede extraviarse el hijo de Dios cuando se pone bajo la protección de incrédulos, en lugar de confiar en la ayuda de Dios en todas las dificultades que acechan en el camino de la fe!
Satanás consigue la entrada para todo su poder en el alma en el momento en que aparece una sombra de desconfianza de Dios.
Cuando la incredulidad está en acción, solo produce inquietudes y tristeza.
Cuando queda en el corazón algún gemido que no se dirige a Dios como un Dios de gracia, cualquier desconfianza de Él, es la carne y la obra del enemigo Podemos estar en ocasiones abatidos (aunque difícilmente nunca sin alguna falta de fe) y sin embargo todo irá bien si lo llevamos todo a Dios.
La ansiedad que anticipa el mal no es la fe que hace frente a las dificultades que Dios conoce anticipadamente y a través de las que nos abrirá paso.
Cuando el alma está angustiada o abatida, esto no es pecado en sí.
Pero el pecado entra cuando hay desconfianza de Dios.
No tengo temor en tanto que Él vive y es Jesús.
 

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